La Energía se transforma en lo que Ella piensa

Por Leonard Orr 

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           La Energía se convierte en lo que Ella piensa. Esta es la verdad más básica acerca de la vida. 

 La Energía es la Fuente de todas las cosas. La Energía es el Ser Infinito, el Espíritu Eterno. La Energía es sustancia. La Energía es Dios.

   La Energía está distribuida equitativamente a lo largo del espacio-tiempo. Sólo existe sin hacer nada. ¡La Energía simplemente es! Sin embargo, pensar es una cualidad de la Energía, que la mueve. Cuando la Energía llega a estar impregnada por el pensamiento, se organiza a sí misma de manera que se convierte en forma dirigida por pensamiento – lo cual puede devenir en algo físico.

La Energía se convierte de forma natural en lo que ella piensa. La Energía dirigida por pensamientos se puede materializar en cosas físicas, realidades sociales o en nuestros sentimientos personales y nuestras habilidades espirituales.

Sólo hay una Energía en el Universo, pero puede haber cualquier número de centros pensantes de esta Energía. Todos los pensadores comparten la misma Energía. Todos somos centros de actividad de la misma Energía. Todos somos centros pensantes del mismo Ser Único. Creamos nuestra propia realidad, compartimos la realidad en la cual otras personas crean y nos hacemos conscientes de la realidad que el Centro Pensante Último de Energía ha creado. Habitualmente, lo llamamos Naturaleza o Dios.

Somos los directores de esta Energía. Todas las personas lo son, pero hay un Creador original superior que creó un universo enorme para que podamos jugar en él. Cada uno de nosotros crea su propia realidad dentro del gran juego, intentando interactuar de forma exitosa con el Gran Creador y la creación de otras personas, pero también tenemos un paquete completo de realidades creadas, heredado de nuestra tradición familiar y el condicionamiento de nuestros padres. En la medida en que estamos recreando la realidad de nuestros padres, tenemos que aprender a elegirla o a des-crearla, a fin de ser libres.

Empezamos a absorber los sentimientos de nuestros padres, sus pensamientos y sus realidades manifestadas cuando estamos en el útero. Cuando nos iluminamos y aceptamos nuestro poder creador, tenemos todo un repertorio de sentimientos, creencias, hábitos y realidades con las cuales trabajar. Podemos quedarnos estancados en ellos o podemos cambiarlos.

Sanar la mente emocional que hemos recibido de nuestra familia se llama liberación espiritual. Parece que requiere de una vida entera hacer esto de manera exitosa, pero no podremos lograrlo si no empezamos el proceso de auto sanación, y nuestras posibilidades están determinadas por la calidad de los principios y prácticas que utilicemos.

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